La calificadora de riesgo Fitch Ratings elevó la calificación de deuda de Argentina en moneda extranjera a largo plazo de CCC a CCC+, lo que indica una leve mejora en el perfil crediticio del país.

Sin embargo, la nota sigue ubicando a la Argentina en un nivel muy alto de riesgo de incumplimiento, en línea con otras economías con dificultades estructurales.

La mejora, según explicó la agencia, responde al lanzamiento de un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la liberalización del mercado cambiario, medidas que fortalecieron la liquidez externa y apuntalaron el plan de estabilización económica del gobierno de Javier Milei. Fitch también subió la calificación de incumplimiento en moneda local a largo plazo a CCC+.

“El crecimiento y la desinflación superaron nuestras expectativas, y deberían acelerarse con estos cambios de política”, señaló Fitch en su comunicado. Además, destacó la reciente eliminación del régimen de «crawling peg» y su reemplazo por un nuevo esquema cambiario.

El optimismo es moderado

Pese a esta mejora, Moody’s fue más cauta y no elevó su calificación para Argentina. Aunque reconoció avances en equilibrio fiscal, alertó sobre la fragilidad externa, la sobrevaluación del tipo de cambio y la debilidad institucional, factores que continúan restringiendo el acceso a los mercados internacionales.

En el evento Inside Latam Argentina 2025, Jaime Reusche, vicepresidente de la calificadora, aseguró que la memoria negativa del mercado y el historial de defaults juegan en contra del país. “Argentina tiene uno de los peores historiales de deuda soberana, con nueve defaults oficiales —o diez, si se cuenta el canje de 2023—. Esto pesa en la calificación, más allá de los avances recientes”, remarcó.

Moody’s también destacó que, aunque el gobierno busca reabrir el mercado de deuda para reperfilar los pagos al FMI, la balanza de pagos continúa en déficit estructural y no hay aún un ingreso sostenible de divisas que permita sostener una mayor apertura.