En medio de lo que consideran una victoria política, el gobierno de Javier Milei logró sortear el paro general convocado por la CGT con un balance favorable a sus intereses. El presidente encabezó la habitual reunión de Gabinete en Casa Rosada junto a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor Santiago Caputo, en una jornada donde el Ejecutivo buscó proyectar normalidad institucional.
Durante el encuentro, que contó con la presencia de ministros y funcionarios de primera línea, se permitió el ingreso de fotógrafos y camarógrafos, algo poco habitual, en un intento por mostrar actividad oficial mientras gran parte de la administración pública permanecía paralizada por la medida de fuerza. Los presentes posaron sonrientes y con el pulgar arriba, emulando el característico gesto del mandatario.
La estrategia gubernamental pasó por minimizar el impacto del paro y enfatizar que el funcionamiento parcial del transporte público de pasajeros, garantizado mediante una conciliación obligatoria, desbarató los planes de la central obrera de generar una paralización total. «Hoy se trabaja», fue el escueto mensaje del vocero presidencial Manuel Adorni en sus redes sociales.
Si bien los pasillos de Balcarce 50 lucieron prácticamente vacíos, con presencia únicamente de guardias mínimas en áreas esenciales, fuentes oficiales aseguraron que se aplicarán descuentos a los trabajadores estatales que se plegaron a la medida. «Los que quieran parar, que paren. Les descontaremos el sueldo», comentó un alto funcionario.
El Ministerio de Economía cuantificó las pérdidas por el paro en unos 880 millones de dólares, con impactos significativos en el transporte ferroviario, aéreo y en exportaciones agroindustriales. Aerolíneas Argentinas debió suspender 258 vuelos, con pérdidas estimadas en 3 millones de dólares, mientras que el sector exportador reportó perjuicios superiores a 250 millones.
A pesar de estas cifras, cerca del presidente califican la jornada como un «fracaso total» para los sindicatos y aseguran que el rumbo económico «no se cambia en absoluto». Desde el entorno presidencial anticipan que intensificarán su ofensiva contra lo que denominan «la casta sindical» y advierten sobre posibles medidas para regular aspectos como la «Democracia Sindical» y la «Cuota Solidaria».
La ausencia del canciller Gerardo Werthein en la reunión de Gabinete, quien se encuentra envuelto en controversias por su reciente viaje a Estados Unidos sin lograr una reunión con Donald Trump, pasó casi inadvertida en un día donde el gobierno celebra internamente haber mantenido el control de la situación frente al primer paro general contra la gestión libertaria.