Después de cerrar la instancia técnica, el equipo ejecutivo del organismo decidirá si da el aval sobre el programa de Facilidades Extendidas. Qué detalles faltan conocer y qué puede pasar con el dólar.

Este viernes, el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunirá para dar su aprobación final al acuerdo técnico con Argentina, un paso clave dentro del nuevo programa de Facilidades Extendidas por un total de US$20.000 millones a desembolsarse en un período de cuatro años. El acuerdo, que se extendería hasta 2035 e incluye un período de gracia de cuatro años y medio, se presenta como un salvavidas financiero en un contexto de fuerte presión externa e interna.

Un contexto desafiante: reservas en rojo y tensiones globales

La necesidad de un nuevo acuerdo con el FMI se da en medio de un escenario complejo: la pérdida acelerada de reservas del Banco Central, que se estiman en torno a los -US$11.000 millones, y un clima internacional marcado por incertidumbre económica tras las nuevas políticas de aranceles impulsadas por el expresidente estadounidense Donald Trump. Esta coyuntura obliga a Argentina a buscar respaldo externo urgente para sostener su estabilidad macroeconómica y garantizar el cumplimiento de sus compromisos financieros.

Objetivos del acuerdo: fortalecer la economía y recuperar reservas

Según expresó el propio organismo internacional, el nuevo entendimiento busca «profundizar el plan de reformas del gobierno de Javier Milei», con el propósito de fortalecer la estabilidad macroeconómica, mejorar la sostenibilidad externa y promover un crecimiento más fuerte y duradero. La aprobación del directorio del FMI permitirá conocer los detalles pendientes, entre ellos el nuevo esquema cambiario que implementará el Gobierno argentino.

Bandas de flotación para el dólar y posibles cambios en política monetaria

Uno de los puntos clave que genera mayor expectativa es la definición de un nuevo régimen de bandas de flotación para el tipo de cambio. Este mecanismo establecería un valor mínimo y máximo para el dólar, y permitiría al Banco Central intervenir en el mercado cambiario si la cotización se acerca a los extremos del rango. Esta estrategia busca ofrecer mayor previsibilidad al sistema financiero y contener la volatilidad cambiaria sin recurrir a controles estrictos.

Desembolso inicial: entre US$8.000 y US$12.000 millones

Otro aspecto que será definido tras la aprobación del directorio es el monto del primer desembolso. Tanto el ministro de Economía como la titular del FMI consideran «razonable» liberar un 40% del total del crédito, equivalente a US$8.000 millones, aunque algunas proyecciones señalan que podría alcanzar los US$12.000 millones. Este ingreso permitiría una rápida recomposición de las reservas netas del BCRA, clave para mejorar la credibilidad del programa económico.

Libre disponibilidad y destino de los fondos

Un punto sensible del acuerdo es el grado de libertad que tendrá el Gobierno argentino para utilizar los fondos. El ministro Luis Caputo afirmó que serán de libre disponibilidad y estarán destinados a reforzar reservas y refinanciar vencimientos con el propio FMI. No obstante, algunos analistas expresaron dudas sobre si efectivamente se tratará de dólares líquidos o Derechos Especiales de Giro (DEG), que requieren conversión previa para su uso directo en el mercado de divisas.

Caputo también aseguró que parte del dinero se empleará para sustituir letras del Tesoro en poder del Banco Central, lo que contribuiría a sanear la hoja de balance de la entidad monetaria y mejorar el perfil financiero del Estado.

Proyecciones: reservas internacionales podrían superar los US$50.000 millones

Con este nuevo programa, el Gobierno proyecta que, sumando apoyos de organismos multilaterales como el Banco Mundial, el BID y la CAF, las reservas internacionales del país podrían alcanzar los US$50.000 millones. Esto constituiría un paso decisivo hacia la estabilización económica y el regreso a los mercados financieros internacionales.