Los Juegos Olímpicos de París 2024 tendrán esta tarde su ceremonia inaugural, se extenderán hasta el 11 de agosto y contarán con 45 deportes. El mundo está a la expectativa de la fiesta que se desarrollará en París y tendrá a la mascota elegida como parte importante del show. A diferencia de los animales que funcionaron como símbolo de todas las Olimpíadas desde Múnich 1972 (donde el perro salchicha Waldi se volvió todo un ícono) hasta acá, la mascota de París 2024 será un gorro frigio. Se trata de un símbolo de la Revolución Francesa y una prenda que expresa libertad, progresismo y lucha. Mucho más que una mascota: es la unión entre historia y deporte.

Los organizadores de París 2024 eligieron dos gorros rojos y con punta para representar a los Juegos Olímpicos y los Paralímpicos: la mascota que corresponde a los segundos tiene como diferencia una prótesis en la pierna derecha. “Elegimos un ideal en vez de un animal. Para los franceses es un objeto muy conocido y un símbolo de libertad”, explicó Tony Estanguet, presidente de París 2024, sobre The Phryges. El eslogan nacional es “libertad, igualdad y fraternidad” y este año las Olimpíadas tienen como objetivo impulsar la “revolución a través del deporte”. Y el gorro frigio funciona para expresar los valores de Francia que desean plasmar en la competencia.

El gorro frigio tiene su origen 3.000 años atrás en el reino de Frigia (actual Turquía), donde gobernaba el Rey Midas, creen los arqueólogos, aproximadamente entre el 740 a. C. y el 696 a. C. Midas es a quien la mitología griega le adjudicaba convertir en oro todo aquello que tocara, si bien los expertos coinciden en que fue un rey verdadero y muy rico. La primera representación material en el arte del gorro frigio fue tallada por un soldado en Gordion y data del siglo IX a.C., según el arqueólogo Brian Rose. Sin embargo, su original simbolismo dista mucho del que (equivocadamente) le dieron los franceses 2700 años más tarde.

En la Antigua Roma se le daba a los esclavos libres el denominado gorro pileus. Este era más redondo que el frigio y sí era un símbolo de libertad e independencia, no de abundancia, como el frigio. Pero cuando los artistas del siglo XVIII quisieron buscar en las representaciones romanas antiguas un símbolo de libertad, cometieron un error. Confundieron ambos gorros y el frigio comenzó a retratarse como símbolo de libertad, “reemplazando” al pileus. Pese a la interpretación que para los historiadores fue errónea, el gorro frigio se volvió inmediatamente uno de los íconos más ligados a los valores de la Revolución Francesa. 

El arte que conmemora aquella época refleja muchas veces estos gorros en las cabezas de responsables de la emancipación del rey Luis XVI en 1972 como Robespierre, Danton o Marat. La pintura de Jean-Baptiste Verité, por ejemplo, La manifestación del 20 de junio de 1792, muestra a los revolucionarios con este gorro mientras tomaban el Palacio de las Tullerías. Se utilizaban en la icónica Plaza de la Bastilla y fueron promovidos por Voltaire, Montesquieu y Diderot en el café Procope, el más antiguo de París, donde se juntaban a planear la revolución. Al día de hoy, París, epicentro de aquel conflicto, sigue decorado con símbolos de libertad como el gorro frigio. Para muchos, serán sonrientes mascotas rojas que adornarán los Juegos Olímpicos. Pero para Francia, The Phryges son el recuerdo de una época que marcó su historia.