La licencia de conducir es, sin dudas, el documento más importante para cualquier persona que maneje en el país. Sin embargo, un anuncio reciente del Gobierno encendió las alarmas: quienes incumplan un requisito específico podrían perder su carnet de forma definitiva.

La medida busca endurecer los controles y sanciones para evitar accidentes y mejorar la seguridad vial en todo el territorio argentino.

¿Quiénes pueden perder la licencia?

El foco está puesto en conductores reincidentes: aquellos que cometan dos o más infracciones en un período de seis meses recibirán una suspensión automática por el mismo lapso de tiempo. Durante esos seis meses, la persona no podrá manejar ningún tipo de vehículo, sin importar la categoría de su licencia.

Pero la advertencia más contundente apunta a las faltas graves. Conducir bajo los efectos del alcohol o de sustancias psicoactivas puede derivar en una sanción ejemplar: la cancelación definitiva de la licencia de conducir. En estos casos, además, la persona quedará inhabilitada para obtener una nueva licencia durante 25 años.

Control médico obligatorio: el filtro que define quién puede estar al volante

La normativa también establece que toda persona que desee sacar o renovar su carnet debe presentar un certificado de aptitud médica, donde se evalúan capacidades físicas, mentales y de coordinación motriz. Las personas que sufran ciertas enfermedades cardiovasculares o respiratorias graves podrían ser automáticamente excluidas del proceso de habilitación para conducir.

Entre las condiciones médicas que se analizan están la insuficiencia cardíaca avanzada, las arritmias que provocan pérdida de conciencia y enfermedades pulmonares que afecten la capacidad de reacción.

¿Por qué esta medida impacta en todo el país?

Aunque la noticia generó gran repercusión en Colombia —país donde se originó la medida—, las autoridades argentinas estarían analizando implementar controles similares para mejorar la seguridad vial, especialmente en zonas urbanas con alto índice de siniestros.

Este cambio de paradigma marca un antes y un después en la forma de concebir la conducción: ya no basta con tener el carnet en la billetera; hay que ganárselo día a día con responsabilidad y respeto por las normas.