Pechito López pudo ser Colapinto hace 14 años, ganó cinco mundiales y dice qué falta para que lleguen más argentinos a la Fórmula 1
El cordobés vivió como un fanático la “alegría grande” de que su compatriota accediera a Williams; este fin de semana competirá junto a Matías Rossi en los 200 Kilómetros de Buenos Aires de TC2000
En la calle trasera de los boxes del autódromo Oscar y Juan Gálvez, de Buenos Aires, se entremezcla el idioma español con el portugués. Los primeros garajes, hasta el túnel que cruza la pista desde la tribuna oficial, están tomados por escuderías de Stock Car y el TCR de Brasil, y los equipos del TCR South America y TC2000 ocupan el restante segmento de la recta principal. El Festival Sudamericano de la Velocidad, pasión sin fronteras, es el espectáculo que desde este viernes y hasta el domingo protagonizan seis categorías, ya que también participarán los autos de laFórmula Nacional y la Fórmula 4 Brazilian. Una cita con pilotos de jerarquía, multicampeones y ex de Fórmula 1.
Desde Rubens Barrichello, Felipe Massa y Norberto Fontana, hasta Matías Rossi, Agustín Canapino y Leonel Pernía, la lista ofrece también dos conductores que hasta la irrupción de Franco Colapinto con Williams en el Gran Circo eran de los más observados por los fanáticos argentinos en el Viejo Continente: el quíntuple campeón del mundo José María Pechito López y Sacha Fenestraz, invitados de Toyota Gazoo Racing para los 200 Kilómetros de Buenos Aires de TC2000. El cordobés acompañará a Rossi y, además, se estrenará en el TCR South America; el francés, que se crio en el país, compartirá butaca con Marcelo Ciarrocchi.
La actividad es frenética para los pilotos que correrán en dos categorías: saltan de un auto a otro, y de un box a otro; se reúnen con ingenieros para analizar rendimientos y evaluar modificaciones… En los tiempos muertos del cronograma, realizan actividades con patrocinadores y atienden a medios. En el box Nº 12, el portón gris está levantado: una mampara y, detrás, una larga mesa de madera preceden a una pequeña oficina; un par de metros más. y los autos parados sobre tacos, a la espera de la acción, la velocidad. Pechito López sabe lo que es ganar esta tradicional carrera, además de lo que implica ser campeón de TC2000: se impuso en 2008, con Anthony Reid, a bordo de un Honda Civic; ése fue el primer año de los tres en los que se consagró monarca, porque repitió en 2009 con la misma marca y cerró en 2012 con Ford Focus.
Ahora con Rossi, va por el cuarto intento juntos en los 200 Kilómetros. La relación amistosa se fortaleció Toyota, la automotriz japonesa que los tiene bajo contrato. “La cuarta es la vencida”, dice con una sonrisa. “Siempre es lindo venir al autódromo, estar y correr en la Argentina. Con la marca llevo casi 10 temporadas y competir con un piloto como Matías es un placer”, agrega Pechito, que tiene un contrato hasta 2027 con Toyota, en el inicio de una charla con LA NACION.
“Entre los dos tenemos ocho campeonatos de TC2000 y no creo que otra dupla sume eso, pero hay binomios muy fuertes; no hay que subestimar a los rivales. Hay experiencia y hay que exprimirla, pero no es fácil: hay equipos que trabajan muy bien, hay pilotos muy buenos, y no es que venimos y se da por sentado que con los títulos del pasado ya está. Lo que nos pasó en los últimos tres añoses que siempre estuvimos muy cerca, pero nunca con el ritmo y la velocidad como para sentir que estábamos como para ganar. Creo que esta vez el Toyota Corolla viene muy bien desde las dos últimas carreras, pero ésta es especial porque todos, los equipos, los sponsors, los ingenieros, los mecánicos y los pilotos, entregamos un poquito más. Todo el mundo quiere ganar. Cuando sentís que el auto está competitivo, con la capacidad que tenemos como estructura, las posibilidades son muy buenas”, analiza el cordobés de Río Tercero, enfundado en un buzo negro, y hace una mueca de asombro al recordar cuándo corrió por última vez en dos categorías en un mismo fin de semana. “En 2010, en Potreros de los Funes, con el Honda de TC2000 y el Aston Martin de FIA GT1″, apura, sin necesidad de usar un buscador de internet.
Último argentino con posibilidades de ser piloto de Fórmula 1 antes de la irrupción de Colapinto, López también fue el último compatriota en girar con un Williams previamente a la aparición del pilarense. El sueño del Gran Circo resultó una frustración, pero también una fuente de energía que lo hizo avanzar en otros casilleros. “Siempre digo que en lugar de buscar excusas uno tiene que analizar si no pudo hacer las cosas un poquito mejor. Cuando estaba el apoyo, después de la salida de Esteban Tuero [renunció a Minardi tras la temporada de 1998], yo era muy chico y no tenía la edad. En ese momento estaba el presupuesto para correr, los sponsors para apoyar a un piloto argentino, pero yo no tenía la edad ni la preparación. No me gusta ir hacia el pasado, darle vuelta a una situación que no se dio: seguramente no habría ganado cinco títulos de campeón del mundo si hubiera ido a la F. 1 y no hubiera sido protagonista importante, porque estaba en un equipo de los del fondo de la grilla”, relata Pechito con calma, sin dejarse envolver por aquel desencanto.
La Fórmula 1 lo apasiona: los ojos brillan, los gestos con las manos se vuelven más ampulosos, el cuerpo se mueve en la silla cuando las preguntas se enfocan en Colapinto.