Marcelo Gallardo enfrenta su mayor desafío desde que regresó al banco de River Plate hace poco más de un año. Tras un inicio prometedor, el equipo atraviesa una racha que preocupa tanto a la dirigencia como a los hinchas: eliminaciones consecutivas en la Copa Libertadores y la Copa Argentina, sumadas a resultados irregulares en el torneo local, dejaron al Millonario al borde de una crisis deportiva profunda.
El último capítulo se escribió este domingo en el Monumental, en plena jornada electoral que consagró a Stefano Di Carlo como nuevo presidente. River recibió a Gimnasia y Esgrima La Plata, un rival que parecía accesible, pero terminó sufriendo una derrota histórica: el Lobo ganó en Núñez después de dos décadas. La caída encendió nuevamente los reproches de un público que agotó su paciencia, con cánticos, insultos y pedidos de mayor compromiso, incluso hacia el propio Gallardo.
La situación no solo complica la lucha por el Torneo Clausura, sino que también pone en riesgo la clasificación a la Copa Libertadores 2026. Con el Superclásico ante Boca Juniors a la vuelta de la esquina, la presión sobre Gallardo es enorme: un resultado negativo podría profundizar una crisis que amenaza con volverse irreversible. En este contexto, solo un título doméstico ofrecería un respiro, aunque la lógica indica que no sería suficiente para despejar dudas sobre el futuro inmediato del Muñeco.
La relación entre Gallardo y el presidente electo Di Carlo ha sido históricamente sólida, y fue clave para el regreso del técnico en 2024. Por ello, no parece probable que la dirigencia decida un despido; más bien, cualquier desenlace abrupto podría llegar por la decisión del propio entrenador, en caso de que la situación se torne insostenible.
El flujo de poder que Gallardo había logrado en el club se redujo en los últimos meses, especialmente después de la venta de Franco Mastantuono, y la llegada de refuerzos millonarios que no rindieron según lo esperado generó un desgaste adicional. La confianza de la dirigencia en el cuerpo técnico ya no es la misma, y el margen de error se estrecha con cada fecha.
Si River pierde el Superclásico, no logra el título y queda afuera de la Libertadores, la continuidad de Gallardo dependerá de su propia decisión. En ese escenario, la renuncia se perfila como la salida más probable, cerrando un capítulo que hasta hace poco parecía impensable para un técnico acostumbrado a dominar el rumbo del club.
Datos Clave
Marcelo Gallardo está en su momento más crítico como DT de River tras un año y tres meses de su regreso.
River cayó en el Monumental ante Gimnasia y Esgrima La Plata. El Lobo no ganaba allí desde 2005, hace dos décadas.
El presidente electo de River, Stefano Di Carlo, no despediría a Gallardo; se esperaría una renuncia si no clasifica a la Copa Libertadores 2026.
Fuente: Catamarca Ya
