Identificar a tiempo un ACV puede salvar tu vida y la de quienes te rodean.

Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Accidente Cerebrovascular (ACV), una fecha destinada a generar conciencia sobre esta emergencia médica, promover hábitos de prevención y remarcar la importancia del reconocimiento temprano de los síntomas.

Cada minuto cuenta ante un ACV: detectarlo a tiempo puede salvar vidas, evitar secuelas y mejorar el pronóstico del paciente.

Conocer para prevenir

Existen factores de riesgo no modificables, como la edad o el género masculino, pero el accidente cerebrovascular también está asociado a factores de riesgo modificables. Entre los principales se encuentran la hipertensión arterial (HTA), la diabetes mellitus (DBT), el tabaquismo y la hipercolesterolemia.

Otros factores de riesgo son la obesidad, el sedentarismo, el estrés, ciertas patologías cardíacas, el consumo de alcohol o drogas como la cocaína, y los trastornos de coagulación hereditarios o adquiridos.

La prevención primaria se basa en el control de estos factores: mantener una presión arterial adecuada, tratar la diabetes y el colesterol altoabandonar el tabaco, moderar el consumo de alcoholbajar de peso, realizar actividad física regular y adoptar una alimentación saludable.

Una buena opción es la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, granos enteros, legumbres, semillas, aceite de oliva y con un consumo moderado de pescado, aves y lácteos.

En pacientes que ya sufrieron un ACV isquémico, se realiza prevención secundaria, que incluye tratamientos con aspirina en dosis bajas o anticoagulantes, según el caso.

¿Cuáles son los síntomas de un ACV?

El ACV se presenta generalmente con un déficit neurológico de inicio súbito, que puede aparecer en cuestión de segundos o minutos. Los síntomas más frecuentes son:

  • Debilidad o pérdida de sensibilidad en la cara, brazo o pierna de un solo lado del cuerpo.
  • Dificultad para hablar o tragar.
  • Alteraciones en la visión.
  • Vértigo.
  • Dolor de cabeza intenso y repentino, sin causa aparente.

Ante cualquiera de estos signos, es fundamental acudir de inmediato a un servicio de emergencias. El tratamiento temprano es clave para reducir las secuelas.

Sobre cómo es la rehabilitación después de un ACV

La rehabilitación debe iniciarse lo antes posible y estar a cargo de un equipo interdisciplinario. Su tipo y duración dependen de las secuelas neurológicas que haya dejado el episodio.

En casos de debilidad o pérdida del equilibrio, se recomienda la fisioterapia y la terapia ocupacional. Si existen alteraciones del habla o dificultad para deglutir, se indica fonoaudiología.

La evolución es variable, pero la mayor recuperación funcional suele lograrse durante los primeros 12 meses posteriores al ACV.

Para atención urgente, puede dirigirse al Hospital Interzonal San Juan Bautista. También está disponible el servicio de emergencias del SAME Catamarca mediante la línea 107, las 24 horas, para pedir ambulancia o traslado rápido.

Fuente: Inforama