El Dr. Mauricio Figueroa señaló que confiar en plataformas virtuales sin supervisión profesional pone en riesgo la calidad de la atención y la ética médica.
El presidente del Colegio de Médicos de Catamarca, Dr. Mauricio Figueroa, manifestó su preocupación por el avance de la teleconsulta durante una entrevista con Catamarca a Diario, de Radio INFORAMA. Según el profesional, este tipo de consultas virtuales representan una distorsión del acto médico, que por definición debe ser presencial para garantizar calidad, ética y humanización en la atención.
El doctor aclaró que no se opone a la telemedicina, que considera una herramienta útil para la prevención, el diagnóstico y el seguimiento de ciertos pacientes. Sin embargo, diferenció claramente la telemedicina de la teleconsulta. Señaló que, especialmente desde la pandemia, la telemedicina ha avanzado y resulta muy útil en especialidades como psicología y psiquiatría, donde muchos pacientes muestran alta adherencia a este tipo de seguimiento virtual.
El presidente del Colegio advirtió sobre los riesgos que implica la teleconsulta cuando no se conoce la identidad, matrícula o especialidad del profesional que atiende. “Estar del otro lado con alguien cuya formación no conocemos y confiarle determinados síntomas puede ser peligroso. Más de 16 millones de personas en Argentina no tienen cobertura médica y esta virtualidad puede banalizar la atención y generar errores graves”, señaló.
Figueroa enfatizó que la teleconsulta no puede convertirse en un reemplazo de la relación directa entre paciente y profesional. Según indicó, existe el riesgo de que los pacientes la traten como si compraran un producto por una aplicación, sin considerar la importancia del examen físico, la anamnesis y la interpretación profesional de estudios. “El trato humano es insustituible, y las aplicaciones no pueden garantizar la continuidad ni la correcta interpretación de la información médica”, sostuvo.
Figueroa también destacó que la tecnología puede ser beneficiosa cuando se utiliza adecuadamente. Citó como ejemplo los circuitos de estudios en áreas como cardiología o ginecología, donde se optimiza el tiempo del paciente mediante la realización de varios estudios en pocas horas. No obstante, aclaró que siempre será necesaria la intervención de un profesional que interprete los resultados y brinde indicaciones sobre tratamiento, prevención y riesgos futuros.
Subrayó la responsabilidad del Estado en la implementación de políticas públicas que garanticen el derecho a la salud. “El acto preventivo también se distorsiona si se reemplaza por consultas virtuales sin control. La tecnología debe ser un complemento y nunca sustituir la atención presencial”, concluyó.
Fuente: Inforama