En la Argentina, el mate es mucho más que una simple infusión: es parte de la rutina diaria y un símbolo de encuentro. Se toma en cualquier momento del día —mañana, tarde o noche— y en casi cualquier contexto. Sin embargo, surge la pregunta: ¿existe un límite saludable para su consumo?
El mate se prepara con hojas secas de Ilex paraguariensis, un árbol nativo de zonas subtropicales de Sudamérica. Su elaboración es sencilla, y sus efectos suelen considerarse inofensivos. Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en Argentina se consumen en promedio 6,4 kilos de yerba mate por habitante al año, y está presente en más del 90% de los hogares. Esto equivale a unos 100 gramos de yerba por día, o aproximadamente dos litros diarios de infusión.
¿Hay un límite seguro?
Para la licenciada en Nutrición Valeria Cerquetti, esta cantidad no es alarmante: «En general, no hay un límite estricto para el mate, y sus beneficios son numerosos». Sin embargo, aclara que existen casos en los que se recomienda moderar la ingesta:
Personas con patologías renales.
Pacientes con hipertensión que toman diuréticos.
Cerquetti también señala que, en algunas personas, el mate puede afectar el descanso nocturno debido a su efecto estimulante, por lo que su impacto debe evaluarse individualmente.
El modo de consumo también importa
La médica especialista en nutrición Sonia Spiner, miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición, coincide en que el mate puede tomarse sin grandes restricciones, pero advierte sobre el uso de azúcar: «Es preferible consumirlo amargo, ya que el azúcar solo suma calorías vacías».
En cambio, la licenciada en Nutrición Patricia Robiano enfatiza la necesidad de controlar los excesos:
Efecto diurético: el mate favorece la eliminación de líquidos, lo que, en exceso y en días calurosos, podría generar deshidratación.
Estimulación excesiva: en personas irritables o sensibles a la cafeína, su consumo elevado puede potenciar nerviosismo o insomnio.
La clave: ajustar a cada persona
Si bien beber dos litros diarios es algo común en Argentina y, en general, más beneficioso que perjudicial, los especialistas coinciden en que la cantidad ideal depende del estado de salud y la tolerancia de cada persona. En síntesis, no existe un límite universal, pero sí señales que indican cuándo reducir la cantidad, como alteraciones en el sueño, irritabilidad o sensación de deshidratación.
Fuente: Catamarca Ya