Gustavo Nieto, un visitante que había llegado a Laguna Blanca por una invitación cultural, vivió en carne propia el impacto del temporal que afectó al norte del departamento Belén. Su testimonio revela no solo el drama climático, sino también lo que define como un grave abandono estatal.

Nieto relató que arribó a la localidad cerca de las 9:30 de la mañana, acompañado por su hija. “Podría haberse evitado totalmente el daño y el mal rato que pasamos con el solo hecho de cortar el accesoa la ruta. No hubo prevención”, sostuvo.

Aseguró que en puntos estratégicos como El Eje, Puerta de Corral Quemado o Villa Vil podría haberse montado un control mínimo para evitar que más personas ingresaran a una zona que ya presentaba condiciones climáticas adversas.

Durante el temporal, el viento fue tan intenso que literalmente voló el techo de hormigón armado del hospedaje en el que se encontraba. “Fue una milésima de segundo. Si la losa caía en el otro ambiente, nos mataba a todos”, dijo.

El momento más impactante lo vivió cuando escuchó a su hija decirle: “Papá, yo pensé que nos moríamos”. Además de los daños materiales en varios vehículos, muchos visitantes quedaron aislados y sin asistencia inmediata.

El turista también denunció la falta total de presencia estatal en la zona al momento del desastre: “No había señal para pedir ayuda, no había policías, no había personal de salud, ni siquiera una enfermera. Y no era un día cualquiera, era una festividad”, remarcó en diálogo con la prensa local.

Fuente: Inforama