Los cardenales presentes en Roma deciden la fecha del cónclave que elegirá al sucesor de Francisco y resolverán el caso de Angelo Becciu, excluido por corrupción. Pietro Parolin, principal papable, ganó protagonismo en una misa multitudinaria.

En medio de una creciente expectativa, el Colegio Cardenalicio se prepara para tomar este lunes dos decisiones clave en Roma: la fecha de inicio del cónclave que elegirá al sucesor de Francisco y la resolución del controvertido «caso Becciu», que tensiona el clima preelectoral dentro de la Iglesia.

Mientras tanto, este domingo, el cardenal Pietro Parolinm uno de los favoritos para convertirse en el próximo Papa, presidió una misa multitudinaria en la Plaza San Pedro. La celebración, que formó parte del segundo día de los novendiales (el luto de nueve días tras la muerte de un pontífice) y coincidió con el Jubileo de los Adolescentes, se interpretó como su primer gran acto público como candidato fuerte.

Durante la quinta Congregación General, que tendrá lugar en el Aula Vieja del Sínodo, los cardenales —tanto mayores como menores de 80 años— deberán definir la fecha del cónclave. Según trascendió, podría ser el 5 o el 6 de mayo, aunque no se descarta que se postergue algunos días para permitir un mayor conocimiento entre los 133 electores de 71 países, muchos de los cuales apenas se conocen entre sí.

A diferencia del cónclave de 2013, que se organizó tras la renuncia de Benedicto XVI, esta vez las ceremonias de los novendiales limitan las posibilidades de encuentros informales entre los cardenales, cruciales para las conversaciones previas a la votación.

Además de fijar la fecha, se espera que se resuelva la situación del cardenal Angelo Becciu, sancionado por el Papa Francisco en 2020 por un escándalo de corrupción vinculado a inversiones inmobiliarias millonarias en Londres. Aunque Becciu mantiene su título cardenalicio, perdió sus derechos como elector en un cónclave. En las últimas semanas, el purpurado —condenado en 2023 a cinco años de prisión— ha exigido su readmisión al proceso, argumentando que es un «deber» de todo cardenal.

Desde Roma, fuentes eclesiásticas indican que el Colegio Cardenalicio buscaría zanjar el asunto, comunicándole a Becciu que debe desistir de su reclamo. Según el diario Il Messaggero, existe un documento firmado por Francisco, identificado con la inicial «F, que prohibiría expresamente su participación. Esta carta, fechada el 24 de marzo, estaría en manos del cardenal Parolin y podría ser revelada este lunes.

El clima de tensión e intrigas recuerda a los mejores thrillers vaticanos. Las recientes filtraciones en la prensa italiana llevaron a pedir a los cardenales mayor «prudencia» y a evitar declaraciones públicas.

Parolin se consolida

En paralelo, Parolin, actual secretario de Estado, se consolida como el principal candidato. Durante la misa de este domingo, ante unos 200.000 jóvenes congregados en la Plaza San Pedro, se mostró como un hombre de continuidad respecto al legado de Francisco. Con un tono sereno y pastoral, evocó el dolor por la muerte del Pontífice y destacó la importancia de la «alegría del Evangelio» y de la «misericordia», ejes centrales del pontificado saliente.

«El Papa Francisco fue testigo luminoso de una Iglesia que se inclina con ternura hacia quien está herido y sana con el bálsamo de la misericordia», afirmó Parolin, perfilando así lo que muchos en Roma interpretan como el mandato que debería asumir el próximo pontífice.

La canonización de Carlo Acutis, el joven beato conocido como «el influencer de Dios», fue pospuesta hasta después de la elección del nuevo Papa, quien deberá firmar la proclamación oficial de los santos.

El proceso de elección del 267° sucesor de Pedro se acerca, y las definiciones de las próximas horas serán determinantes para el futuro de la Iglesia Católica.