El titular del IARAF se refirió al impacto que podría tener este régimen en la economía del país y de las provincias. Dijo que sin el RIGI, hay inversiones que no se concretarían en la Argentina.
El titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), Nadin Argañaraz, analizó el impacto que podría tener la puesta en marcha del RIGI en el país y en las provincias que adhieran. En este sentido, el economista resaltó que este régimen es una muestra de la Argentina a la que el Gobierno nacional aspira».
En diálogo con El Ancasti, el economista resaltó que “el RIGI es un mecanismo relevante para el gobierno nacional en línea para generar inversiones productivas en la Argentina. El RIGI en materia de costos de producción y de rentabilidad, lo que busca es aumentar el nivel de rentabilidad para que inversiones con un piso de 200 millones de dólares se concreten en distintos sectores como minería, petróleo, turismo forestal y demás”.
“El RIGI tiene, por ejemplo, en materia tributaria una alícuota de ganancia del 25%, mientras que la que rige en Argentina es del 35%. También, tiene un mecanismo que permite recuperar rápido el crédito fiscal del IVA de la inversión en activos fijos que suele tener un costo financiero importante para las compañías que invierten. En materia aduanera no se tributan derechos de importación y tasa de estadística. Todo esto tiende a generar un salto de rentabilidad en las inversiones porque esas inversiones, sin todo lo que propone el RIGI, tendrían una rentabilidad muy inferior”, detalló. «Otra pata que tiene el RIGI es el mecanismo de estabilidad por 30 años, eso es importante porque son grandes inversiones y es algo que los inversores van a tener en cuenta considerando la historia argentina», añadió.
En este contexto, remarcó como destacable que esas inversiones hoy no se harían sin RIGI. “Eso es lo que busca el gobierno nacional con este mecanismo y al adherir las provincias se supone que también harán sus aportes en la cuestión tributaria local”, resaltó.
El economista continuó explayándose en esta cuestión al sostener que el RIGI y sus beneficios no afectan los ingresos actuales del país y las provincias. «Si tenemos en cuenta que la inversión no se haría en un contexto sin RIGI, no hay ninguna recaudación que se esté poniendo en juego porque lo que se pone en juego es una recaudación potencial que hoy no existe», consideró.
“Distinto sería, si el RIGI fuera un mecanismo que permite una nueva empresa haga una inversión y compita con una empresa que ya está instalada y que tributa todo. Eso sería una competencia negativa y no es a lo que apunta este régimen”, sostuvo.
Argañaraz resaltó que el RIGI no es el primer programa de beneficios fiscales que existen en Argentina, remarcando que el país “tuvo experiencias negativas”. En este marco, planteó como fundamental que desde el Estado nacional “se haga un control de ejecución correcto”.
«Se tiene que controlar de manera estricta el cumplimiento de todos los compromisos para que la inversión sea la que se está promocionando», dijo.
Posteriormente, se refirió al impacto económico que tendría el régimen en las provincias. “Lo que hay que evaluar es el impacto económico de la inversión en una jurisdicción. Si una empresa decide hacer una inversión, esa inversión genera actividad económica mientras se está haciendo y después va a generar un valor agregado cuando ese proyecto efectivamente se ponga en marcha y empiece a ejecutarse. Eso va a generar un mayor nivel de actividad económica en los lugares donde esas inversiones se concreten por lo que tiene un impacto económico productivo concreto en esas jurisdicciones», sostuvo.
Consultado sobre cuándo se podría empezar a sentir el impacto económico de las inversiones en el marco del RIGI, Argañaraz aclaró que eso dependerá de la característica de los proyectos. “Hay proyectos que tienen una puesta en marcha más larga que otros. Todo proyecto tiene un periodo de inversión, puesta en marcha y luego de ejecución. Hay proyectos que tienen más tiempo de inversión y puesta en marcha hasta que inician. Esto también, depende en parte de la característica del sector, pero el punto es que estas inversiones generen actividad desde el momento que empiecen a concretarse porque ya demandan empleo y movilizan la economía», dijo.
Finalmente, el economista consideró al RIGI como un modelo a seguir por el gobierno nacional. «Al RIGI lo veo como una muestra de una Argentina a la que el gobierno quiere aspirar. Una muestra de una Argentina con una carga tributaria más baja y a través de eso una tasa de rentabilidad más alta de la inversión. En función de las decisiones que el gobierno va tomando y anunciando, el RIGI es una muestra de lo que quiere que sea la economía argentina en el largo plazo», cerró.