Quién es el hombre que esperó a Valentina Cervantes en Ezeiza tras la ruptura con Enzo Fernández

A tan solo unas horas de que Valentina Cervantes anunciara su separación de Enzo Fernández a través de la red social Instagram, la influencer juntó sus cosas y abandonó Londres, donde residía con el jugador de la Selección Argentina y sus dos hijos, para llegar a Buenos Aires y refugiarse en los brazos de sus seres queridos.

En las últimas horas, la periodista Juli Agenta ventiló el nombre de la persona que se acercó para ayudarla: su excuñado, el hermano del futbolista, quien decidió trasladarse al Aeropuerto de Ezeiza sin dudarlo para ver a sus sobrinos y ofrecer todo su apoyo para lo que la joven necesite.

A su vez, Agenta reveló lo que habló con Cervantes y dijo: «Todavía no durmió. En el vuelo tampoco. Tiene el celular explotado. Le pregunté por Sasha Ferro, que es una de las señaladas como posible nueva pareja de Enzo. Me respondió que a ella no le consta, que a partir de ahora están separados y que si él quiere rehacer su vida lo entiende. Ella no está triste y quiere que se sepa. Lo único que quiere es que sus hijos estén bien”.

El posteo de Valentina Cervantes tras su ruptura con Enzo Fernández

La influencer y madre de los dos pequeños hijos del Jugador de fútbol, habló mediante sus redes sociales oficiales. Más allá de que ella misma ya había confirmado su separación en LAM, donde aseguró que fue una decisión de Enzo Fernández hace 10 días, ahora tomó la palabra nuevamente.

A pesar de que no contó detalles ni brindó muchas declaraciones, sí dejó en claro que la separación es en buenos términos, en especial por el bienestar de sus hijos en común.Con un texto con fondo negro, comenzó escribiendo: «Con Enzo hoy decidimos tomar distancia uno del otro». Luego, agregó: «Pero siempre vamos a ser familia y nos vamos a apoyar en todo porque hay dos niños en el medio que necesitan mucho de nuestro amor para ellos».

«Yo sé la persona y el excelente padre que es Enzo, y el corazón que tiene. Y con eso me basta», continuó Cervantes y cerró con un pedido: «No quieran crear guerras donde no las hay».