El FMI redujo parcialmente el costo de sus programas y la Argentina ahorrará US$3200 millones
El board del organismo aprobó una reforma en la tasas de interés que cobra por sus préstamos; la medida beneficia a todos los miembros porque incluye una reducción de la tasa básica, además de una baja en los sobrecargos
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ASHINGTON.– El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció un recorte en los intereses que cobra a sus miembros, incluidos los sobrecargos que pagan países con un alto endeudamiento como la Argentina, una medida que fue impulsada en su momento por el gobierno de Alberto Fernández y a la cual Estados Unidos y otros socios del G7 se habían opuesto en el pasado, pero que ahora cosechó más apoyo a raíz de que uno de los principales países beneficiarios de la reforma será Ucrania, el nuevo frente de batalla de Occidente contra la Rusia de Vladimir Putin.
La reforma implica un alivio total de aproximadamente 3200 millones de dólares para la Argentina, indicó el Ministerio de Economía, al verse reducida la cuenta total de intereses que deberá pagar el país al Fondo hasta el fin del acuerdo vigente que cerró el gobierno de Fernández para refinanciar el préstamo que tomó el gobierno de Mauricio Macri.
La directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, indicó en un comunicado que las medidas aprobadas por el Directorio Ejecutivo del organismo reducirán los costos de endeudamiento del FMI para sus países miembros en un 36%, o alrededor de 1200 millones de dólares anuales. El número previsto de países sujetos a sobrecargos en el año fiscal 2026 se reducirá de 20 a 13, indicó Georgieva.
“Muy importante para muchos países como el nuestro, cuya gente está haciendo un gran esfuerzo por salir adelante”, escribió en X el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
La jefa del FMI indicó en el comunicado que el alivio para los países deudores tiene tres componentes: el primero beneficia a todos los países deudores con el Fondo, y es la reducción en el margen la tasa básica de interés que cobra el FMI por sus programas –la baja es de 100 a 60 puntos básicos–; el segundo es la reducción de la tasa de sobrecargos de 100 puntos básicos a 75, que beneficia directamente a la Argentina; y la tercera es elevar el umbral a partir del cual el Fondo cobra los sobrecargos: antes comenzaban a cobrarse cuando el préstamo superaba el 187,5% de la cuota del país; una vez implementada la reforma, comenzarán a cobrarse cuando el crédito supere el 300 por ciento de la cuota. El paquete aprobado entrará en vigor el 1 de noviembre de 2024, indicó Georgieva.
El Fondo no especificó o brindó detalle alguno en su comunicado respecto de cómo afecta la reforma a cada uno de los países deudores, incluida la Argentina, cuáles son los países que dejarán de pagar sobrecargos. y qué países los continuarán pagando, o cómo se reparte el ahorro de 1200 millones de dólares anuales que indicó Georgieva.
“Si bien se redujeron sustancialmente, los cargos y sobrecargos siguen siendo una parte esencial del marco de cooperación crediticia y gestión de riesgos del FMI, en el que todos los miembros contribuyen y todos pueden beneficiarse del apoyo cuando lo necesitan”, dijo Georgieva.
“En conjunto, los cargos y sobrecargos cubren los gastos de intermediación crediticia, ayudan a acumular reservas para protegerse contra los riesgos financieros y brindan incentivos para un endeudamiento prudente. Esto proporciona una base financiera sólida que permite al FMI brindar un apoyo vital para la balanza de pagos en condiciones asequibles a los países miembros cuando más lo necesitan”, agregó la jefa del Fondo.
“Esta reforma ayuda a garantizar que el FMI pueda seguir prestando servicios a nuestros miembros en un mundo cambiante”, cerró.
La medida fue celebrada rápidamente por el Gobierno. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, indicó en un mensaje en X, antes Twitter, que la medida implicará un alivio especialmente importante en los próximos tres años, cuando la cuenta de intereses que se le paga al Fondo baje en 1100 millones de dólares.
Aunque el impulso por la reforma surgió durante el gobierno de Alberto Fernández cuando Martín Guzmán estaba al frente del Palacio de Hacienda, Quirno atribuyó la reforma a “un exhaustivo trabajo” del Ministerio de Economía desde el comienzo de la presidencia de Milei. El tema fue discutido en el G20 y en el Comité Financiero Internacional, pero fue de hecho el gobierno de Alberto Fernández el que primero llevó la discusión a esos foros. Guzmán y su mentor, el economista Joseph Stiglitz, también han impulsado la reforma. Stiglitz de hecho escribió al respecto para el periódico Financial Times y Project Syndicate, aunque nunca mencionó a la Argentina. Stiglitz optó, en ambas columnas, por destacar otro país: Ucrania.
“Fue una cruzada mundial de cuatro años”, dijo Guzmán en X.
Cambio de postura
El gobierno de Joe Biden había rechazado originalmente reducir los sobrecargos del FMI. Ocurrió antes de la invasión de Rusia a Ucrania.
A principios de 2023, el gobierno de Volodimir Zelensky cerró un acuerdo Extended Fund Facility (EFF), similar al que tiene vigente la Argentina, por 15.600 millones de dólares, o el equivalente al 577% de su cuota. El acuerdo que cerró el gobierno del Frente de Todos para refinanciar el préstamos de Macri fue por 44.000 millones de dólares, equivalente al 1000% de la cuota argentina.
“Los ingresos de los sobrecargos para aquellos países que los pagan ayudan a crear equilibrios precautorios para proteger a los accionistas del FMI contra posibles pérdidas”, escribió Jonathan Davidson, subsecretario del Tesoro para Asuntos Legislativos, en una respuesta a una carta que había sido enviada por legisladores demócratas el 10 de enero, según reveló la agencia Reuters. “Desde el punto de vista del Tesoro, los sobrecargos deben considerarse en el contexto del balance general del FMI, lo que es más importante, su capacidad para absorber pérdidas potenciales por la falta de reembolso de sus préstamos”, agregó.
Durante todo 2021, el gobierno de Alberto Fernández había desplegado una ofensiva diplomática global para eliminar los sobrecargos, que por ese entonces era un reclamo del cristinismo para avanzar a un nuevo acuerdo con el Fondo. El Presidente Fernández había llegado a decir incluso que la eliminación de los sobrecargos era una condición sine qua non para avanzar en la renegociación de la deuda con el organismo, aunque al final aceptó seguir pagándolos. Stiglitz también escribió en ese momento en contra de los sobrecargos. Pero el reclamo nunca prosperó, y el Gobierno avanzó de todos modos en la negociación con el FMI.
El rechazo de Estados Unidos a la eliminación de los sobrecargos ya se había traslucido en octubre de 2021, cuando el board del Fondo mantuvo una reunión informal para discutir el reclamo argentino, en un primer paso para comenzar a explorar la voluntad de los países, sobre todo, de los miembros del G7, principales accionistas del organismo internacional, para reformar la política de tasas y del sobrecargo que deben pagar los países que acceden a créditos muy altos, como el acuerdo stand-by que firmó la administración de Macri en 2018.