La Real Academia Española (RAE) vela por el uso del idioma y hace algunos años, tomó la decisión de excluir de forma permanente dos letras que históricamente formaron parte del abecedario.
Cuáles son los signos excluidos del abecedario
En la Ortografía de la lengua española quedaron afuera de forma definitiva los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son consideradas letras sino dígrafos. Esto significa un conjunto de dos letras o grafemas que representan un solo fonema.
De esta manera, el abecedario castellano se compone de las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z. “Con esa decisión, el español se asimiló al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas”, explicó la RAE.
No obstante, destacaron que aunque no formen parte del inventario original, los dígrafos ch y ll se siguen usando en la escritura de las palabras españolas: el dígrafo ch en representación del fonema /ch/ (chico ).
“Al tratarse de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos dígrafos o que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente”, indicaron.
Por qué ch y ll dejaron de formar parte del abecedario
Bajo la perspectiva de la academia, sólo son considerados letras los signos gráficos simples. Por esta razón, no deben formar parte del abecedario las secuencias de grafemas que se emplean para representar ciertos fonemas.
“A partir de este momento los dígrafos ch y ll dejan de ser considerados letras del abecedario español, lo que no significa, naturalmente, que desaparezcan de su sistema gráfico; es decir, estas combinaciones seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas”, sumaron.
Y concluyeron: “El cambio consiste, simplemente, en reducir el alfabeto a sus componentes básicos, ya que los dígrafos no son sino combinaciones de dos letras, ya incluidas de manera individual en el inventario. Con ello, el español se asimila al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas”.