Uriel Flores señaló que la sumatoria de efectos adversos favorece que haya peligro extremo en cuanto a incendios forestales.
Con la llegada del fenómeno denominado “La Niña” se esperan profundos efectos negativos, sobre todo en el territorio argentino. Este fenómeno climático, que aparece todos los años, esta vez traerá consecuencias malas, según adelantaron los expertos.
Es sabido que “La Niña” está asociada a la sequía, ya que hace que haya menos precipitaciones de lo normal. A diferencia de “El Niño”, fenómeno cálido que trae abundantes precipitaciones, “La Niña” es un fenómeno frío que provoca un enfriamiento anormal de las aguas del Océano Pacífico. Por esta razón, se esperan fuertes sequías para septiembre.
En ese sentido, Uriel Flores del Observatorio del Clima de la Universidad Nacional de Catamarca señaló: “El fenómeno de La Niña científicamente se conceptualiza en que inhibe las precipitaciones”.
La baja en las precipitaciones, sumado a distintos aspectos adversos, como los fuertes vientos, las altas temperaturas, contribuyen al peligro extremo en cuanto a la incidencia de los incendios forestales.
Al respecto, Flores, en diálogo con El Esquiú Play, comentó: “Desde el punto de vista climático, llevamos 33 días sin precipitaciones. En realidad, el 21 de agosto se han dado lloviznas, o sea que no han sido con un episodio fortalecido o importante, Las últimas tormentas se han dado en marzo, en abril, que son las que han dejado mayores acumulados”.
“Después los episodios fueron aislados en los meses siguientes con respecto al tema de lloviznas. Eso está asociado también a los valores muy altos de temperaturas que están siendo récord. El récord mensual el día jueves pasado con 41 grados, tres décimas, comparado con los cinco años anteriores que hemos tenido 39, 40”, afirmó.
En esa línea, agregó: “Sumado a episodios de vientos con velocidades bastante altas que se vienen dando, toda esa conjunción no está colaborando para este tema de los incendios forestales, que en distintos puntos de la provincia actualmente existen estos tipos de episodios, que en ese caso no contribuyen al cuidado del medio ambiente, sino todo lo contrario. Por eso es fundamental la cuestión de la prevención, el tema de la comunicación y que la gente tome conciencia”.
“También, hay que tener en cuenta la variabilidad climática natural que tiene esta época del año, es el núcleo seco en el cual estos meses siempre representa tener los menores acumulados o aquellos episodios que se dan de precipitaciones con lloviznas o no se ven muy fortalecidos, son débiles”, indicó.
Además, añadió: “Se espera que en los próximos días se dé algún episodio importante, entre este miércoles y el jueves, eso aliviaría un poco la situación en gran parte del Este, del Centro y sectores del Oeste provincial, que está previsto mayormente durante la tarde del miércoles y el jueves”.
“Eso, por un lado, por otro lado se está anunciando a nivel internacional, hay un fuerte consenso de científicos con el tema de la aparición del fenómeno de La Niña. El fenómeno de La Niña científicamente se conceptualiza en que inhibe las precipitaciones y, en este caso, hay un menor porcentaje de cantidad de lluvias y está asociado también a periodos de sequía importante por un enfriamiento que se da en el océano pacífico”, detalló.
Sobre lo mismo, agregó: “Ese sistema, más la cuestión propia de las condiciones naturales que tiene nuestro Valle Central, un espacio semiárido de sierras y bolsones, es todo un combo que, sumado a la acción del hombre si no colabora con el tema de los incendios forestales, se vuelve más complicado”.
“Hay un dato importante a tener en cuenta: que los meses de enero y febrero pasado, este verano que acaba de concluir hace unos meses, no sumaron bastante los acumulados de lluvias en cuencas altas de los diferentes ríos que van y depositan todas las aguas en los distintos embalses o diques”, indicó.
También, señaló: “En la cantidad de milímetros que se esperaba de precipitaciones fueron muy por debajo de lo normal. El promedio de enero, por ejemplo, es de 80 milímetros. Este enero, 2024, tuvo 50, y febrero tuvo 17 milímetros, cuando el promedio es 70”.
“O sea, creemos que esos meses de comienzo del año, también sumado a marzo que estuvo entre lo normal y después ya viene el periodo seco, son los que contribuyen mayormente a que tengamos poca carga en las cuencas altas de los diferentes ríos del Valle Central”, subrayó.
Asimismo, Flores dijo: “También hay que tener en cuenta, es común en nuestro Valle Central, que hay un retraso siempre de la llegada de las primeras precipitaciones, con acumulados importantes que se dan en nuestro Valle Central. Mayormente estas son a finales de primavera y al comienzo de diciembre, también enero y febrero, que ahí se dan con importantes chaparrones, tormentas”.
“Esta época del año es crítica naturalmente siempre en el Valle Central. Se suma el tema del cuidado del agua, los episodios de vientos que tienen mayores velocidades entre septiembre y octubre. Una conjunción de elementos que no contribuyen a esta problemática ambiental”, aseguró.