En su informe interino de Perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) cree que Argentina será el país del G20 que tendrá la peor evolución en 2024.
La OCDE empeoró sus previsiones sobre la recesión que va a sufrir este año la economía argentina y cree ahora que será del 4%, siete décimas más de lo que anticipaba en mayo, pero con una inflación menos disparada, que en todo caso se acercará al 150% de media anual.
En su informe interino de Perspectivas, publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) cree que Argentina será el país del G20 que tendrá la peor evolución en 2024, y de hecho sólo habrá otro en que también caerá el producto interior bruto (PIB), Japón, y de forma casi inapreciable (0,1%).
Por lo que respecta a la inflación, que fue del 117,2% de media en 2023, este ejercicio ascenderá a niveles todavía más estratosféricos (147,5%), pero netamente inferiores a los que había augurado en mayo, con una revisión a la baja de 60,6 puntos porcentuales a la baja.
Las cosas deberían cambiar de forma significativa en 2025, cuando la actividad en Argentina progresará un 3,9%, según los autores del documento, que han elevado en 1,2 puntos sus anticipaciones de hace cuatro meses. De hecho, es la corrección más importante para el año próximo de todos los países. La inflación, por su parte, debería moderarse el año próximo y situarse en el 46,7% de media, 24,5 puntos porcentuales menos de lo estimado en mayo. Seguirá siendo el único miembro del G20 con una inflación de dos dígitos, junto con Turquía (29,1%).
La OCDE hace notar que, en Argentina, como en Brasil, en México o en Turquía, la depreciación de la moneda frente a las grandes divisas internacionales ha favorecido el incremento de ingresos por las exportaciones, pero al mismo tiempo ha contribuido a que suba el costo de financiación de la deuda en dólares.
Precisamente, sobre la deuda, avisa de que las economías emergentes fuertemente endeudadas están muy expuestas a las variaciones de las condiciones financieras a escala global cuando esa deuda está en divisas, como es el caso de Argentina.
Su recomendación ahí es hacer reformas para reforzar la recaudación y la eficiencia del gasto público, luchar contra el fraude fiscal, reducir el peso de las empresas públicas y disminuir la actividad informal.