Se cumplen 34 años del horrendo crimen de María Soledad Morales.

“El día 7 a las 21.30 su padre la lleva a la fiesta de la elección de la reina del Colegio del Carmen y después vino todo lo trágico. Para la familia el mes de septiembre es muy triste, aunque todos los días de mi vida van a ser tristes. Cuando uno pierde un hijo no es lo mismo, por más que tengo seis más, que los quiero y todo… es como que una parte del corazón, de la vida de uno, se va con ellos”. Ada Rizzardo de Morales revive en estas horas un dolor que sabe describir casi de manera perfecta. Dijo que septiembre de 1990 se transmite entre las generaciones. “Hoy voy a tener la visita de chicos que no habían nacido y quieren saber de mi propia boca qué pasó con Sole”.

También les pidió a los más jóvenes que se cuiden y diviertan sanamente, y envió un saludo emotivo para las madres que perdieron a sus hijos.

“Han quedado muchas cosas sin aclarar, el engaño, la mentira, tan solo se condenó a dos personas y uno sabe”, reflexionó en una entrevista con el programa Mañana Central de Radio Ancasti.

Casi con lamento, dijo que a veces se entera “de muchas cosas sueltas que en el camino no quisieron tratarlas y miraron para otro lado”. De aquel septiembre negro para esa familia de Valle Viejo pasaron 34 años y el relato de lo sucedido parece ser inevitablemente atrapante.

“Yo sé quiénes son los que encubrieron, su papá (Elías Morales) ya no está. Tengo que ser fuerte porque el sostén mío ya no está. Son siete hijos, tengo seis nietos y tres bisnietos, y viene una nieta en camino. Pero siempre está la ausencia de mi hija en alguna reunión, en el día de la madre o en el cumpleaños de alguno de ellos yo los miro y represento a mi hija y a mi esposo que están ausentes”, contó Ada.

“Les quiero hablar a los chicos”

“Dicen que vienen los que se van / Que marchan los que ya no pueden más / Hoy el gris perdió su voz / Y el sol habló”, dice en una de sus estrofas la canción “Puede el Silencio” que fue interpretada por Mercedes Sosa, escrito por Fernando Montes y Fernando Barrientos.

Morales también les habló a los estudiantes y los jóvenes de ahora. “Mi hija quedó sin el paseo del estudiante, con el viaje de fin de curso, le quiero hablar a los chicos y los que no conocieron la historia que es lindo divertirse, disfrutar, pero que piensen, que tengan mucho cuidado, que todo lo que pasó con mi hija no quisiera que en estos días se repita la triste historia que nos tocó vivir a los Morales”.

Con un tono noble de voz les pidió “que tengan cuidado”, porque un adolescente “en su inocencia puede cometer errores y después sufrimos los que quedamos. Que aprovechen sanamente de divertirse”.

El rol de la Justicia

“La Justicia es cada vez más lenta”, fue la primera reflexión. Y automáticamente envió otro mensaje potente: “Les quiero mandar un saludo a todas las mamás que han perdido sus hijas por la violencia. Que han tenido rápidamente condenados los autores, no como los Morales que tuvimos que esperar ocho años y no fueron todos los que tendrían que haber estado en el banquillo de los acusados”, sostuvo.

Analizó que, en muchos casos y crímenes, sigue vigente la maldita costumbre de evaluar a la víctima y a su familia. “Cada vez que veo y miro, siempre se van por el lado de la familia, de acusarnos, de justificar lo que cometen y gracias a la ley de femicidio ya no permiten hablar tanto de la víctima, pero María Soledad, pobre mi hija todas las cosas que dijeron de ella injustamente. Por lo menos en eso hubo un adelanto, con la ley de femicidio”, explicó, en referencia seguramente a que un femicida recibe una pena de prisión perpetua.

“No quiero acusar a toda la Policía de Catamarca porque acá tiene nombre y apellido del grupo que encubrió. No puedo poner en la misma bolsa a todos los policías, porque hubo policías que querían trabajar y no les permitieron”, describió.

Recordó que algunos les dijeron “que se iban a saber cosas tremendas” sobre María Soledad, la víctima. “Que me quedara en la casa, que era una secta diabólica que no sé de dónde habrá venido eso, y que era muy difícil. No quiero decir lo que les dije ese día, no volvieron más para acá. Se hizo una denuncia en la Fiscalía donde prohibieron que todos los investigadores no llegaran más a mi casa. Yo tenía mis hijas de 5 años, jamás nos dijeron para qué nos sacaron tres veces sangre, si todos somos grupo A positivo. ¿El dolor que mis hijos llevan quién les sacan?”, reclamó. “No tuvieron piedad con nada”.

Evocación

“La misa va a ser el día domingo a las 11 en la iglesia de Villa Dolores. Y el día 12 Elisa, la profesora, y las chicas que están arreglándolo al monolito lo quieren hacer ese día por el cumpleaños de ella. No lo sé al horario. Pero son las dos cosas que van a conmemorar”, avisó.