Desde la Pastoral Carcelaria expresaron que «hay que acompañar y promover el desarrollo de los menores».
Hace unos días, la Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresó su rechazo a la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad de los menores- actualmente vigente a partir de los 16 años- y la calificó como una «salida superficial» para afrontar la delincuencia en los adolescentes.
Respecto a esto, el diácono Sergio Colosimo, responsable de la Pastoral Carcelaria, comentó en declaraciones radiales que «hay que trabajar en un nuevo régimen penal juvenil que acompañe y promueva integralmente el desarrollo de los menores, pero bajar la edad mínima de imputabilidad vemos que no es la solución», dijo.
Expresó que «como sociedad tenemos que sentirnos responsables para ayudar a prevenir la conducta de estos niños que transgreden la ley» y destacó la importancia del rol familiar como espacio de contención, «nosotros vemos que, donde hay una familia ya sea con dificultades, pero hay una familia, hay menos posibilidades de que el niño tenga esta actitud de robar, de transgredir la ley. Me parece que es una tarea grande que tenemos la de recuperar a la familia y que cumpla el rol que tiene que cumplir», dijo.
En este sentido, invitó a la sociedad «a repensar las cosas y ver qué estamos haciendo para que esto no suceda, no podemos tirar el problema al otro solamente, nosotros somos parte del problema también, ¿Qué hemos hecho para contener?¿Qué hemos hecho para acompañar, para educar?, continuó diciendo.
Consulto acerca de si la cárcel brinda herramientas para un proceso de reinserción en el caso de los jóvenes, Colosimo dijo que «sí, pero depende por un lado también de la persona privada de libertad y por otro lado si es que la sociedad le hace lugar. En la unidad penal le pueden dar todas las herramientas, de hecho tienen el acceso a la educación, a talleres de oficios, tienen también un acompañamiento psicológico y espiritual, el interno puede tomarlo o no, pero ¿qué encuentra cuando sale?, dijo.
Trabajo conjunto
El responsable de la Pastoral Carcelaria afirmó que, si cada uno hace su aporte podemos hacer que baje la cantidad de menores que delinquen. «No es solamente esperar soluciones del Estado, no es solamente esperar soluciones de un sistema carcelario más duro. Yo entiendo la sensación de la gente, y a veces el enojo, pero tenemos que ver ¿Y yo qué voy a hacer? Cuando veo a un niño que está pidiendo en la calle qué hago: aviso al organismo pertinente, me pongo a disposición a ver qué podemos hacer. La solución tampoco es darle una moneda, no sabemos qué va a pasar con esa moneda, si no brindar un espacio de escucha, recomendarle que vaya a tal lugar, comunicarme con la autoridad para que sepa que en tal lugar está sucediendo esto», expresó.
Rol de la familia
Resaltó que la tarea empieza en los hogares, «yo ciudadano tengo la misión de educar a mis hijos, protegerlos, inculcarles valores, formarlos para la vida, y en algunas situaciones en que no se da esto en la familia, es donde puede llegar a crecer este caldo de cultivo de la violencia y del robo. Hoy en día tenemos un tejido social muy enfermo, pero lamentablemente esto lleva años, no se generó de un día para otro», concluyó.