Entre los rubros más afectados a nivel general, las bebidas con alcohol vieron una reducción del 25,2%, mientras que los productos impulsivos, como las golosinas, se desplomaron un 25,5%.
En un contexto de crisis económica y golpe al poder adquisitivo, las ventas en supermercados y autoservicios han experimentado una caída significativa. Según un informe reciente de la consultora Scentia, las ventas en julio se desplomaron un 16,1% en comparación con el mismo mes del año pasado, marcando la mayor caída registrada en la serie histórica de la consultora. Esta tendencia negativa parece no tener un final cercano, con perspectivas que sugieren una posible profundización de la merma en los próximos meses.
Las caídas en las ventas son similares tanto en grandes supermercados como en autoservicios. En los grandes supermercados, las ventas cayeron un 16,6%, con cifras parejas entre el AMBA y el interior del país. En los autoservicios, la merma fue del 15,5%, con una caída del 7,7% en el AMBA y del 24,6% en el interior.
Entre los rubros más afectados, las bebidas con alcohol vieron una reducción del 25,2%, mientras que los productos impulsivos, como las golosinas, se desplomaron un 25,5%. Las bebidas sin alcohol cayeron un 23,7%, e higiene y cosmética, y limpieza de ropa y hogar, se redujeron en un 20,9% y 17,9%, respectivamente. Los alimentos para desayunar y merendar tuvieron una merma del 12,6%, la alimentación general disminuyó un 9,6%, y los perecederos bajaron un 7,3%.
A contramano del discurso oficial que intenta minimizar la crisis, los datos revelan una situación alarmante. De acuerdo con un informe de la consultora Focus Market, el consumo masivo en julio se derrumbó un 10,6% interanualmente, además de una caída de 0,2% respecto al mes de junio. La cantidad de tickets de compra creció un 2,5% frente al mes anterior, pero descendió un 7,9% frente al año anterior. Las unidades por ticket también disminuyeron, con una reducción del 8,1% interanualmente a 4,5 unidades por ticket y un incremento del 0,7% a 4,1 unidades por ticket en comparación con junio.
La falta de señales de reactivación y la comparación con meses de alto consumo indican que el descenso en las ventas podría continuar. La combinación de una crisis económica persistente y una reducción en el poder adquisitivo de los consumidores está generando un impacto duradero en el consumo masivo.