La decisión del Gobierno porteño de que los estudiantes no puedan usar el teléfono reabrió el debate a nivel local. Los argumentos a favor apuntan a evitar las distracciones en clase y alentar la socialización. Por lo menos dos establecimientos en Capital, ya lo aplican y habría otro en el interior.

La decisión del Gobierno porteño de que los estudiantes de primaria y secundaria ya no puedan usar el celular en la escuela reabrió el debate sobre los efectos de los dispositivos y su utilidad (o no) en el aula. En la discusión se entrecruzan argumentos vinculados con la salud, con el aprendizaje y con la socialización: es decir, con el desarrollo integral y el bienestar de los chicos. 

En el caso de Catamarca, existe un proyecto presentado por una legisladora el que apunta a la regulación de estos aparatos. para su regulación, mientras padres y docentes debaten si es correcto o no el uso desmedido dentro de los establecimientos educativos. Previo a esto, recordemos que durante la gestión de la ministra Andrea Centurión, se puso en marcha una iniciativa, basada en la Resolución n° 607/2022 que sostenía no usar los teléfonos en las aulas. Este avance terminó no prosperando, más allá que lo que se implementó fue una experiencia piloto.

La prohibición del uso de dispositivos tecnológicos análogos comenzó a aplicarse en ese momento en la Escuela Secundaria N° 6 “Cacique Juan Chelemín”,y se replicó en varios establecimientos sin éxito, tal vez por falta de iniciativas más concretas para avanzar en resultados provechosos para los alumnos. No obstante, esto, hay por lo menos un par de colegios en Capital que siguieron esta línea. Uno de los que es pionero en la restricción de los celulares durante el dictado de clases es el Colegio Padre Ramón de la Quintana y el otro es el Colegio del Carmen y San José. 

En el caso del primero, la acción fue confirmada por el director general del establecimiento, Rubén Martí quien refirió con claridad que lo que se puso en marcha tuvo una previa de consenso con los alumnos, dado que lo propuesto hace un par de años por Educación en cuanto a la autorregulación, en este establecimiento, no había funcionado.

«Por eso tenemos que ir un paso más allá», sentenció Martí. Al detallar las razones y basamentos, indicó en el diálogo que mantuvo con Radio Valle Viejo que «nosotros venimos trabajando desde hace tiempo, porque está la Resolución 621 del Ministerio de Educación, la que, si bien no prohíbe, sí intenta reglamentar el uso del celular en las aulas, no negando la importancia que tiene este dispositivo a la hora de educar».  

Luego Martí, en cuanto a lo concreto de cómo se aplica primero marcó que «nosotros hemos trabajado con toda la comunidad educativa y ahora, nos faltan los padres, porque nosotros vamos a reglamentar el uso de acuerdo a lo que dice la resolución». Seguidamente, tras remarcar que esto se acordó con el consejo de alumnos, detalló que el procedimiento es simple. Los estudiantes dejan los celulares al ingresar al aula en una caja con llave, coincidiendo con el momento del tomado de lista, para que de esta manera coincida la cantidad de aparatos con los de alumnos en el salón. En el caso de ser solicitados, pueden ser entregados durante el recreo, pero luego vuelve a la caja, una vez reiniciado el momento áulico. Siempre y durante todo el tiempo, la caja queda a la vista de todos, con la salvedad que la llave está en poder del preceptor.

Martí apuntó que, en caso de emergencias u otras contingencias, la comunicación entre padres y alumnos se hace por medio de las líneas telefónicas del establecimiento escolar. En el fondo y de prosperar esto, la expectativa está puesta en el rendimiento académico de los chicos, los que justo en estas fechas se aprestan a cerrar notas y promociones.