El consumo de bebidas está cayendo en todo el país y los productos de la industria vitivinícola no son la excepción. Según datos publicados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), las ventas de vino cayeron un 4,6% en el primer semestre. En detalle, se pasó de 349,5 millones de litros vendidos en los primeros seis meses de 2024 a 333,3 millones de litros comercializados en el mismo período de 2024. De ahí se desprende que hubo una diferencia negativa de 16,2 millones de litros.
La buena noticia, es que se notó una desaceleración de la caída, con relación a lo ocurrido en el primer cuatrimestre. De acuerdo a los datos difundidos por el organismo nacional, en el primer cuatrimestre se había registrado una dura caída del 6,4% en las ventas de las bodegas. De todas formas, la tendencia sigue siendo negativa.
Qué se dejó de consumir
El INV presenta los resultados segmentados en dos grandes categorías: por tipo de vino y por envase. En el primer caso, los datos publicados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura muestran que la caída se concentró principalmente en los vinos sin mención varietal. De acuerdo al estudio, en el primer semestre del año los argentinos compraron 223 millones de litros de vinos no varietales, un valor que estuvo 4,7% por debajo del volumen demandado en el mismo período del año pasado, cuando la industria vendió 234 millones de litros (11 millones de litros de diferencia).
En lo que respecta a los vinos varietales, los números indican que entre enero y junio se comercializaron 100,9 millones de litros de vino de esa categoría, un 0,4% más que el mismo lapso de tiempo del 2023.
Fue significativa la caída de los vinos espumosos. Los números muestran una dura baja del 39,6%, aunque la participación de ese rubro sobre el total es bastante baja. En detalle, se consumieron 13,6 millones de litros en el primer semestre de 2023 y sólo 82,5 millones de litros en igual período de esta temporada.
En la división por envases, se observa un amplio protagonismo de la cáída en los embotellados. Los números relevados por el organismo indican que en los primeros sesis meses del año pasado los argentinos consumieron 148,3 millones de litros de vino envasado en botellas comunes (651 a 750 cm3), mientras que este año la demanda bajó a 140,8 millones, lo que marcó una baja del 5,1%.
Tampoco los botellones de 1001 a 1500 cm3 lograron evitar la caída general del consumo. Según el detalle publicado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura, las ventas de vinos envasados en las botellas de mayor tamaño se contrajo 8,2% en el primer semestre del año, pasando de 57,8 a 53,1 millones de litros de vino consumidos por los argentinos.
Fue más leve la caída del Tetra Brik, que sufrió una baja del 1,5% en el período analizado, pasando de 125,1 a 123,1 millones de litros consumidos.
El exterior no tracciona
Esta vez, las ventas al mercado externo no están salvando a las bodegas. Según el último informe publicado por el INV, las exportaciones de vino fraccionado cayeron 3,1% en el primer semestre.
En el detalle por tipo de vino, se encuentra que mejoraron los envíos al exterior de vinos sin mención varietal (28,9% de mejora), pero cayeron 5,3% las exportaciones de vinos varietales, que concentran el 87,7% del total de ventas al exterior. Eso condujo a que, en total, las ventas de vinos a otros mercados sufrieran una baja del 2,3% entre enero y junio, producto de una caída de 21,9 millones de litros.
Por si fuera poco, cayó 0,8% el precio promedio del vino fraccionado, lo que llevó a que la caída en términos de valor fuera aún mayor. En total, Argentina pasó de facturar USD 311,1 millones en el primer semestre de 2023 a USD 299,5 millones en igual período de este año.