El gasoil y la nafta actualizan sus precios mes a mes y, además, está en el podio del ránking de mayores aumentos. Sin embargo, el fenómeno de los bolsillos flacos se intensifica y los argentinos, obligados a recortar consumos, restringen la compra de combustibles. Para graficar, según un estudio privado de la consultora Politikon, la venta de combustible al público en todo el país en mayo cayó 8% en forma interanual y sumó seis períodos consecutivos con resultados negativos.

De cara a agosto, se estima que los precios de las naftas y el gasoil subirán entre un 2% y un 3%. Ahora bien, es toda una incógnita si el Gobierno postergará nuevamente -o no- la actualización del impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), para contener la inflación del mes entrante. Por otra parte, también entran en juego la habitual suba de los biocombustibles y el nivel de aumentos que hay en el país. Todo esto puede llevar a que el incremento sea mayo o menor a lo proyectado.

En este marco, el exsecretario de Energía, Daniel Montamat, analizó la situación del sector en diálogo con surtidores.com.ar, y observó que «una ligera baja en el precio internacional del crudo y una recomposición de los márgenes domésticos, llevó a que los valores del gasoil como la nafta, sobre todo en sus variedades ultra, prácticamente reflejaran la paridad internacional».

Respecto al precio en surtidor y la paridad que debe tener en relación con el tipo de cambio, indicó que «hay una devaluación todos los meses del 2%, por lo tanto. es necesario que el valor de los combustibles por lo menos refleje esa actualización». Y añadió: “Arrastramos siete meses de caída de consumo; esto se debe a que los ingresos de la población no se han recompuesto todavía».

En este sentido, Montamat expresó: «La recomposición comenzará cuando la inflación caiga sustancialmente y se inicie un proceso de reactivación económica. De cualquier manera, es previsible que haya pequeños ajustes relacionados a la evolución del tipo de cambio».