De esta manera se dio de baja a la resolución que permitía designar en base al esfuerzo, el compromiso y hasta la valoración de los docentes, medida generada por la gestión de Andrea Centurión. Esto había generado gran descontento entre los padres y los mismos alumnos. El nuevo reglamento se emitió en mayo y LA UNION te cuenta todos los detalles.
A mediados de junio del año pasado la cartera educativa emitía la Resolución Ministerial E. N°466/23, por medio de la cual se daba un giró polémico en la mecánica de elección y designación de abanderados y escoltas para la educación primaria, secundaria y sus modalidades de los establecimientos educativos de Catamarca. La decisión, que en su momento se indicó había sido consensuada y basada en consultas a directivos y supervisores pedagógico y que venía a dar formas «más democráticas» para la selección y designación de quienes portaran la enseña patria, ha dejado de tener valor.
Así fue confirmado por La Unión y esto tiene valor desde el 16 de Mayo de este año, fecha en la que la gestión del ministro Dalmacio Mera emitió la Resolución Ministerial E. n° 304. Es en base a esta sobre la que los docentes de todos los niveles emitirán sus próximos criterios para formular quienes van a ser abanderados y escoltas. De esta manera es que se vuelve a la anterior mecánica, es decir, basándose en los promedios y saberes pedagógicos. Apenas conocida la novedad, padres y alumnos expresaron su beneplácito, porque la anterior disposición, de debe indicar, fue seriamente cuestionada por todos los tutores y en también por buena parte de la comunidad educativa.
Justamente en la resolución, que da trámite a la modificación de las normas y criterios para la designación de abanderados y escoltas del Nivel Primario y Secundario, lo que tiene inicio en el Expediente EX-2024-00431674 – CAT-SGE#ME, se indica que lo hecho en la gestión de Centurión «generó ciertos inconvenientes». Al continuar dando razones para el cambio, se añade que estos «inconvenientes» giraron en torno a «su aplicación, por la dualidad de criterios y falta de claridad en su aplicación».
En base a esto, es que ahora se retrocede a la forma anterior, marcando desde Educación que esto «resulta necesario», fundamentalmente para así poder «establecer un criterio unificado y claro para estas designaciones». Y es en base a esta perspectiva «histórica» es que la gestión de Mera ahora vuelve proponer la elección basándose «en los resultados académicos y su medición por promedio». La resolución, para no herir susceptibilidades, luego agrega que no se va a «desatender al modelo pedagógico que aboga por el desarrollo integral de las personas y la inclusión educativa, la que se tendrá en cuenta al momento de reconocer las trayectorias pedagógicas, entreviendo la importancia que reviste el esfuerzo común y la solidaridad, el reconocimiento de la puesta en valor de las actitudes y principios asumidos por las personas en una sociedad justa y solidaria».
En otro párrafo, la medida ministerial, dio relevancia al símbolo patrio que los estudiantes van a portar a la hora de ser elegidos, ya sea abanderados o escoltas, marcando que estos «forman parte de nuestro patrimonio histórico cultural y generan sentimientos de pertenencia e identidad, visibilizando valores y principios fundamentales de nuestro sentir».
Y en vista de todo esto es que la cartera educativa aprobó lo que dio en llamar el «Reglamento para la Designación de abanderados y escoltas en todas las instituciones del Sistema Educativo de la provincia de Catamarca», incluyendo en ello a los establecimientos de gestión pública estatal, municipal, privada, cooperativa y social, la cual está vigente ya durante el presente ciclo lectivo 2024, tanto para las escuelas de periodo común y para aquellas de periodo especial.
Regresa la meritocracia
Lo hecho durante la anterior gestión, que en realidad era una modalidad que se aplicó durante la gestión kirchnerista en todo el país, ponía en debate entre el mérito o la inclusión. Esa parece fue la cuestión que se intentó que prevaleciera y que generó el rechazo de toda la comunidad.
De hecho, dentro del intercambio educativo, la meritocracia ocupa un lugar preponderante y esa es la gran bifurcación. Buena parte de las posturas y los debates pedagógicos actuales dependen del posicionamiento que se adopte en torno a ella.
Para comprobar esto, se debe ver que la corriente pedagógica que promueve la inclusión y que todos señalan es la marxista-posestructuralista o de extrema izquierda, hace décadas que se impone en el país, con desenlaces realmente alarmantes. En efecto, el desempeño de Argentina en los exámenes internacionales, como las pruebas PISA, se ha desmoronado. Pasamos de los primeros a los últimos puestos de Latinoamérica en apenas dos décadas. Un desplome sin precedentes que urge revertir y que debe explicarse.
El retorno al mérito en las escuelas catamarqueñas sería la puerta para corregir los valores que se han estado dando y que tanta polémica generaron.